
TITULO ORIGINAL: The Pit a.k.a Teddy
GENERO: Terror
PAIS: Canadá
AÑO: 1981
DIRECTOR: Lew Lehman
GUION: Edith Bedker
INTERPRETES: Jeannie Elias, John Auten, Laura Hollingsworth y Sammy Snyders
PRODUCTOR: Richard Alden
A veces, el cine de terror nos expone a rincones incómodos donde la mente infantil ya no es sinónimo de inocencia, y la línea entre lo imaginado y lo real se difumina peligrosamente. Ese es precisamente el terreno en el que se encuentra The Pit (1981), una desconcertante película canadiense dirigida por Lew Lehman y escrita originalmente por Ian A. Stuart. Aunque no es muy conocida, The Pit es una de esas joyas bizarras del terror de bajo presupuesto que, una vez vistas, no se olvidan fácilmente.

Jamie es un niño de 12 años marginado, retraído y claramente con problemas para socializar. Sus padres lo ignoran, sus compañeros lo acosan, y la vecina y su sobrina lo desprecian abiertamente. Su único consuelo es Teddy, un osito de peluche que le habla, le da consejos y lo incita a hacer cosas perturbadoras. Es una voz interior, externalizada, que acentúa el clima de extrañeza y desequilibrio psicológico.
Pero la verdadera vuelta de tuerca del film aparece cuando Jamie descubre en lo profundo del bosque un enorme pozo habitado por unas criaturas antropófagas que él bautiza como "trollogs". Serán estas bestias subterráneas las que le proporcionarán a Jamie el recurso perfecto para ejecutar su silenciosa venganza contra todos aquellos que se han burlado de él. Uno a uno, niños crueles, adultos indiferentes y vecinos entrometidos empiezan a desaparecer.
Mientras sus padres se van de vacaciones, Jamie queda al cuidado de Sandy, una joven universitaria que por primera vez muestra un atisbo de afecto genuino hacia él. Jamie, confuso por el despertar hormonal propio de su edad y su escaso contacto humano, malinterpreta esta atención y se obsesiona con ella, hasta el punto de revelarle su mayor secreto: la existencia de las criaturas del pozo.
Desde allí, lo que era una extraña coming-of-age se convierte en una espiral de terror más explícita. Jamie empieza a alimentar a los trollogs con carne humana, siguiendo las instrucciones de Teddy. Lo que comenzó como una defensa pasiva se convierte en una cadena de asesinatos "cuidadosamente" planificados por un niño que ha perdido toda brújula moral.

Más allá de los elementos de terror y fantasía, The Pit es inquietante por las situaciones que se permite explorar. Desde la escena en la que Jamie convence a su niñera de bañarlo y frotarle la espalda como su madre solía hacerlo, hasta un momento perturbador donde el niño hace que una mujer adulta se desnude frente a su ventana bajo el pretexto de un falso secuestro. Momentos que evidentemente hoy podrían considerarse inaceptables, pero que, en el contexto del cine de explotación de los años 80, formaban parte de una estética de transgresión.
Es precisamente ese cruce entre la perversión infantil y lo fantástico lo que convierte a The Pit en una obra inclasificable. El guion original planteaba una historia aún más oscura: las criaturas no eran reales, sino producto de la mente enferma de Jamie, un niño esquizofrénico y asesino. Sin embargo, el director decidió inclinarse por una lectura más literal, dejando abierta incluso la posibilidad de que el oso Teddy tenga vida propia. En varias escenas, el peluche se mueve solo, sugiriendo una perturbadora autonomía que nunca se explica del todo.

A pesar de su potencia inicial, The Pit se desinfla un poco en sus últimos 15 minutos, cuando la atención se desplaza de Jamie a los trollogs, ahora escapados a la superficie. La atmósfera cambia y el film parece por momentos una monster movie genérica. Afortunadamente, Jamie regresa para las últimas escenas —que parecen sacadas de un episodio siniestro de Cuentos de la Cripta— y se encarga de cerrar el ciclo con un giro final que funciona.
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