sábado, 27 de diciembre de 2014

Revista # 15 - 24 Cuadros por Segundo




Revista 24CuadrosporSegundo # 15 - Terry Gilliam 3

Link de descarga directa: http://netload.in/dateiy4kYpCx6D8/Revista15.pdf.htm 

Leer en Línea: http://www.calameo.com/books/002679986958b2155a3bd

Colaboradores y escritores: Jéssica Montoya Flórez, Jose Andrés Gómez. Oscar Torrado, Manuel Carbajo, Harveth Gil Vincent Gil.

En este número terminamos la revisión de la filmografía del director Terry Gilliam con artículos como:  Fear and Loathing in Las Vegas, Tideland, The Brothers Grimm, The Imaginarium of Doctor Parnassus y más artículos complementarios sobre Gilliam. Además, los Estrenos, Giallo, Slasher, Del Libro a la Pantalla y Cuadro 25.

domingo, 30 de noviembre de 2014

The Slasher Collection # 45: Visiting Hours (1982)


Título Original: Visiting Hours
Título en Español: Pánico en el Hospital
Director: Jean-Claude Lord
Productor: Claude Heroux
Guion: Brian Taggert
Fotografía: René Verzier
Edición: Jean-Claude Lord y Lise Thouin
Año: 1982
País: Canada
Intérpretes: Michael Ironside, Lee Grant, Linda Purl, William Shatner

imdbhttp://www.imdb.com/title/tt0083296/reference
TaglineThere is no known cure.....for MURDER


  La secuela de Halloween (1978), lanzada dos años después, llevó el género Slasher al hospital, y no porque la película dejara mortalmente herida la franquicia, sino que el director de la original y guionista de las dos primeras partes, John Carpenter -junto con Debra Hill-, ambientó la continuación justo después de los eventos de la primera entrega, llevando a la protagonista Laurie a que la atendieran en urgencias, lugar en la que será acechada por el incansable Michael Myers. El filme, aunque un poco por debajo en calidad de la original, demostró que este tipo de lugares son más que adecuados para generar suspenso, tensión y escalofríos en especial fuera de las horas de visitas. Al año siguiente de esta secuela, el guionista Brian Taggert (Poltergeist III, 1988) escribió un Slasher ambientado en un hospital -o al menos en parte-, y bajo la dirección de Jean-Claude Lord (The Vindicator, 1986), este filme canadiense pretendía generar suspenso y terror, algo que no se lograba en su totalidad, por el hecho de que solo una parte del filme está rodado dentro del propio hospital, pues la gran mayoría de la trama muestra al asesino en el exterior, con su escasa vida social y su carácter voyerista, acechando a mujeres que le despiertan el deseo asesino.




 Deborah Ballin (Lee Grant) es una reportera televisiva con un punto de vista fuertemente feminista. Ella aprovecha su show televisivo para denunciar injusticias contra las mujeres. Su productor, Gary Baylor (William Shatner) se preocupa porque alguien puede atacar a Deborah debido a sus controversiales opiniones. Una noche, después de un debate sobre un juicio en el que una mujer es condenada por un asesinato en defensa propia, Deborah se va furiosa a su casa pues Gary no le permite incluir en el programa algunas escenas que se grabaron en donde ataca fuertemente al invitado, el fiscal en el caso. Cuando llega a su casa, encuentra allí a un desconocido, usando nada más que su maquillaje y algunas joyas, quien trata inmediatamente de asesinarla y la hiere. Deborah logra encerrarse en una habitación y pide ayuda.

 Una vez en el hospital y segura de que el peligro ha pasado, Deborah se relaja sin saber que el asesino llamado Colt (Michael Ironside) no está dispuesto a rendirse. Colt logra escabullirse dentro del lugar y asesina por error a otra paciente hasta que es descubierto por la enfermera Sheila Munroe (Linda Purl) y huye. Sheila al igual que Deborah será el centro de atención de este perturbado individuo quien además de asesinar colecciona fotografías de sus víctimas.




 Visiting Hours -que en realidad transcurre casi en totalidad fuera de las horas de visita de un hospital- comienza como un Slasher bien trabajado, en una secuencia de ataque bien montada con una gran puesta de escena. El ritmo además está muy bien concebido, pues el director construye primero la atmósfera para el inminente ataque que es consumado por la presencia del actor Ironside. El filme continúa en el hospital, donde el imparable asesino se las apaña para ingresar y terminar su labor, pero es descubierto tras asesinar por primera vez en pantalla a una víctima equivocada. A partir de allí, el filme cambia de tono, pues se deja a un lado la construcción del suspenso y de más escenas en el hospital para centrarse en el personaje del asesino, mostrando su forma de vida, su relación casi muda con los demás y su obsesión con la violencia y el sadismo para con las mujeres. Aunque es interesante que se muestre algunos antecedentes del asesino en este tipo de filmes -como lo hiciera Fred Walton con el asesino en When a Stranger Calls (Cuando un extraño llama, 1979)- en esta ocasión, el ritmo del filme sufre grandes sobresaltos, que no dejan mantener la alta proporción de suspenso construido en la secuencia inicial. Además, el asesino se muestra increíblemente recursivo mientras el equipo de seguridad y la policía se presentan como terriblemente incompetentes, algo que le resta credibilidad, aunque normalmente se acepte estos fallos en el género.

 Más allá de esas equivocaciones, el asesino Colt esta convincentemente construido por el recordado secundario Michael Ironside, un secundario de lujo que ha tenido el cine y que en esta ocasión muestra un lado mucho más oscuro. El recurso de las fotografías de las víctimas aporta a la construcción psicológica del personaje, obsesionado con la belleza de las mujeres y su momento antes de la muerte, un fotógrafo del pánico si se quiere. Y de este personaje, llegamos a los dos personajes femeninos, que no están del todo bien construidos, en especial por el hecho de que casi que ninguna destaca sobre la otra, pues a pesar de que la actriz Lee Grant pareciera ser la protagonista -si tenemos en cuenta su secuencia inicial y final y porque es el principal objetivo del Colt-, la actriz Linda Purl también toma protagonismo, en especial afuera del hospital donde es acechada por el psicópata. Estos vaivenes mellan la construcción del suspenso, que se retoma de buena forma en la secuencia de persecución final.




 Algo rescatable además desde el guion, es el tema subyacente del filme. Lo más importante de la trama no es la presencia de un psicópata perturbado que persigue mujeres, algo que ya se ha visto suficientemente retratado en el cine de horror, sino como desde la televisión y desde el mismo género, se retrata casi como regla la violencia explícita contra las mujeres, algo que se ve aquí, pero en donde también se nota la presencia de mujeres fuertes que no saben que se pueden defender, que tienen que pasar por un peligro de muerte inminente para que desde su sentido de supervivencia se defiendan y devuelvan el golpe. Esto es palpable en su protagonista Deborah, quien se presenta como una defensora de la no violencia desde el inicio, pero cuyas convicciones se verán contrastadas hacia el final. Aunque el filme no es necesariamente pro-feminista, si que exhibe mujeres con carácter y junto con la falta de decisión del asesino en momentos puntuales, dan algún sentido a la historia.

 El filme no es muy sangriento, otorgándole predilección a la construcción de los asesinatos y al disfrute del asesino con su sadismo, como ejemplo tenemos la escena de la enfermera en su casa a la cual le clava una navaja en la espalda, pero no la remata inmediatamente, retorciendo la navaja lentamente. Casi todos los asesinatos están construidos de esta forma, fríamente calculados con predilección por el sufrimiento. Si comparamos a Visiting Hours con la mayoría de Slashers de la época, vemos poco en común. En el filme no hay un asesino matando a diestra y siniestra, no hay personajes adolescentes molestos, no hay máscaras ni legendas populares, está presente simplemente un asesino serial, muy real, muy físico e inquietante. Visiting Hours puede ser que entrara más fácilmente en la categoría de thriller, pues su fuerte son las secuencias de acecho y pre-asesinatos.




 Mientras que el psicópata está muy bien caracterizado y construido en la historia, los demás secundarios dejan mucho que desear, en especial el personaje interpretado por William Shatner (el otrora capitán Kirk), que es un personaje de florero, va de acá para allá, del hospital a la casa del asesino, de vuelta al hospital, de vuelta a la calle, pero nunca interfiere con las secuencias de peligro y no apoya en definitiva a la seguridad de la protagonista. Es un personaje que flota como perdido en el guion, sin justificar en ningún momento su presencia.

 Visiting Hours es en resumen un Slasher distinto, enfocado en la creación de la tensión y de un personaje psicópata creíble, el cual sufre por momentos el corte del ritmo y se siente que puedo haber sido mejor. Los errores del guion se ocultan en gran medida debido a la buena actuación de Michael Ironside, que es sin duda lo mejor del filme. Los otros dos personajes principales femeninos son destacables, lo que hacen un filme para visionar, en especial por la creación de suspenso antes de los asesinatos. Ciertamente no es un Halloween II, pero eso no es del todo malo en este caso.

Trailer:

domingo, 7 de septiembre de 2014

Edición # 14 - 24 Cuadros por Segundo



Ya salió la nueva edición de la revista 24 Cuadros por Segundo, donde se continúa la revisión del cine de Terry Gilliam, además con muchos estrenos, secciones fijas y una retrospectiva a la saga Planet of the Apes.

Que la disfruten!

Leer en Línea: http://www.calameo.com/books/0026799867cee50cd6d44

Link de descarga directa:http://netload.in/dateiEvRCVYgJOA/Revista14.pdf.htm

Escritores: Manuel Carbajo, José Andrés Gómez, Oscar Torrado, Vincent Gil y Harveth Gil

viernes, 29 de agosto de 2014

The Slasher Collectiuon # 44 - Psycho (1960)


Título Original: Psycho
Título en Español: Psicosis
Director: Alfred Hitchcock
Productor: Alfred Hitchcock
Guion: Joseph Stefano
Fotografía: John L. Russell
Edición: George Tomasini
Año: 1960
País: USA
Intérpretes: Anthony Perkins, Vera Miles, John Gavin, Janet Leigh, Martin Balsam

Tagline: The picture you MUST see from the beginning... Or not at all!... For no one will be seated after the start of... Alfred Hitchcock's greatest shocker Psycho.

imdb:
http://www.imdb.com/title/tt0054215/reference 

Pocas películas han sido pilares en la historia del cine. Filmes que parten la historia cinematográfica en dos, o que generan una nueva ola de ciertos tipos de historias o narraciones. Ese es el caso de esa obra monumental que es Psicosis, uno de las tantas obras maestras del director Alfred Hitchcock que sigue influenciando a los realizadores aún hoy en día, pero que en su momento y junto a "Peeping Tom" (El Fotógrafo del Pánico, 1960) de Michael Powell, abrieron las puertas para un nuevo cine de terror, más moderno, alejado de monstruos, alienígenas y en general, del horror desde afuera para centrarse en el horror del ser humano, mucho más cercano a nosotros y por consiguiente más tenebroso. El slasher nació con Psicosis y demostró que se puede hacer cine de género de calidad, donde lo más importante es el director, la mente maestra, que si tiene el talento del señor Hitchcock puede alcanzar límites insospechados.




Marion Crane (Janet Leigh) trabaja como una asistente en una oficina de bienes raíces en Phoenix. Cuando su jefe le da 40,000 dólares en efectivo para que los deposite en el banco, Marion toma la decisión de huir con el dinero, esperando comenzar una nueva vida con su amante Sam Loomis (John Gavin). Marion se siente observada y perseguida, momento que se acentúa cuando en un semáforo se encuentra con su propio jefe -escena que fue homenajeada por Quentin Tarantino en su Pulp fiction (1994)-. Esa noche, y después de pasar varios sustos con un policía motorizado, Marion se siente demasiado cansada para seguir manejando, por lo que decide pasar la noche en un motel que encontró en la carretera, el motel Bates. El motel está manejado por el extrañamente amigable Norman Bates (Anthony Perkins), quien junto a su madre viven en una vieja casa estilo gótica arriba del hotel. Cuando Norman invita a cenar a Marion en su casa, ella escucha las protestas de su madre, por lo que deciden comer en la oficina de recepción del motel. A partir de su conversación, Marion decide hacer lo correcto e irse el otro día de vuelta a Phoenix, a devolver el dinero, el problema es que la decisión puede haber llegado demasiado tarde.




Psicosis abre con una secuencia de la ciudad vista desde lejos, la cámara se va acercando a la habitación de un hotel, el punto de vista del director de lo general a lo particular. Hitchcock nos invita a ser voyeristas, a mirar lo que está haciendo una pareja de amantes en una tarde de trabajo, escondidos viviendo su idilio. Este sentido voyerista, que evidentemente nos es impuesto por la visión del director, está allí constantemente, con la cámara en situaciones de personajes, donde nos metemos en sus asuntos privados, pero nos interesa, queremos saber más. Así mismo, el personaje de Norman lo hace explícitamente, mediante un agujero que da al baño de la habitación donde se desviste Marion, pues la extraña lo excita, le despierta impulsos reprimidos que desencadenan el castigo de su madre. La madre, esa presencia malévola que está en la casa, vigila desde una ventana, mirando todo lo que hace su hijo y todo lo que sucede. Es pues el voyerismo, el estar inmiscuidos en la vida de los demás -que de hecho el mismo hecho de ver una película se podría considerar como un acto voyerista-, es uno de los motores principales del filme. Todo ello sale de la mente del maestro, un realizador como pocos que era capaz de tener clara su película mediante imágenes en su mente, antes de rodar ya tenía una visión completa de cómo se iba a ver y por consiguiente donde iba a colocar su ojo/cámara. En Psicosis, Hitchcock realizó como era costumbre, movimientos de cámara perfectos para retratar las escenas a su manera, su punto de vista que le aportó tanto al cine, consigue capturar nuestra atención mediante planos milimétricamente pensados, como lo demuestra la inmortal escena de la ducha -una escena que ha sido homenajeada cientos de veces-, una secuencia con una gran variedad de planos -más de setenta posiciones de cámara para 45 segundos de película- con una edición perfecta para sembrarnos la idea del asesinato, así no se muestre sangre en ningún momento, ni siquiera una toma del cuchillo entrando en su cuerpo, ni siquiera un plano nítido de cuerpo desnudo, pero la idea está allí y lo vemos. Todo ello acompañado de la mítica música compuesta por Bernard Hermannn, que como lo demuestra la información acerca del cómo se hizo, y en particular en la película basada en el filme titulada "Hitchcock" (2012) de Sacha Gervasi, el director estaba empeñado en no usar música para la escena, pero debido a la insistencia de su esposa, y al estucharla por primera vez, se dio cuenta de su error y le permitió al cine mismo tener esta obra maestra.




La pasión de Hitchcock es palpable en cada fotograma, con un inolvidable blanco y negro exquisito y con un equipo de filmación acoplado a su estilo, formado de su programa de televisión, que le permitió tener el control total. Esta pasión lo llevó a generar un mega éxito rotundo, siendo además financiado por su propio dinero tras un rechazo de la Paramount. Hitchcock consiguió obtener el mayor hit de su carrera, gracias también a su propio ingenio a la hora de promocionar el filme, con ayuda además de su programa de televisión "Alfred Hitchcock Presenta" y entregando algunas reglas para los teatros donde se exhibía, para no dejar entrar bajo ninguna circunstancia al público después de que empezara el filme, además de que compró todos los libros disponibles para que nadie conociera la historia. Este secretismo y boca a boca funcionaron a la perfección. La razón para ello, todos la conocemos, la transgresora idea del cambio de protagonista, el eliminar a su actriz principal a los 40 minutos, algo que nadie se había atrevido o pensado si quiera hacer.


Hitchcock además, utiliza el engaño para desviar la atención del espectador. Los primeros minutos se le otorga una gran importancia al dinero robado por Marion, y del suspenso que se crea al rededor de ello. Su escape está lleno de tensión y constantemente se nos hace hincapié en el monto del dinero. Hasta que se llega el hotel, y la mujer comienza a arrepentirse, expresando elementos psicológicos característicos que utiliza el director para ayudar a crear el suspenso. Cuando toma la decisión de devolverlo, las cosas cambian en la ducha -algo un poco similar lograría Quentin Tarantino con su guion de "From Dusk Till Dawn", historia que empieza como un robo y termina siendo una película totalmente diferente, en ese caso una de vampiros-. Es ese momento, que impacta y sorprende, el asesinato de la protagonista, momento en que el espectador se pregunta: ¿Y, ahora qué? Pues es allí que el filme se soporta en el personaje de Norman, un personaje único y atrapante, especialmente por la excelsa interpretación de Anthony Perkins, quien se come la pantalla. A partir de allí, el espectador toma partido por un asesino, siente empatía con él, así obviamente no apruebe lo que hace, pero entiende que está enfermo. Esto se evidencia de forma clara en la escena cuando Norman deja el automóvil de Marion en el pantano, y este parece que nunca se va a hundir, el espectador sufre con el personaje, porque no quiere que le descubran. El protagonista definitivo es Norman, y su madre claro, así el espectador tenga sospechas de ese final que se avecina -uno de los finales más sorprendentes del cine que hoy en día ya no lo es tanto, debido a las diferentes copias que han hecho sobre él-, Norman y su madre son uno solo, una división de la personalidad que impacta, sobretodo en la escena final en la comisaría.




Psicosis se convirtió en una saga, la historia de Robert Bloch -quien también participó en la serie televisiva del director- autor de la novela original en que se basó el guion -, y cuya historia a su vez está basada en un asesino serial real-, dio para dos secuelas y un filme para televisión en donde se muestra la juventud de Norman. En la actualidad, la televisión vive un momento en el que se nutre de las glorias del pasado -así lo demuestran las series que están por estrenarse este año como Fargo o Rosemary´s Baby-, y es así como apareció la serie "Bates Motel", también basado en la juventud de Norman y de cómo su relación enfermiza con su madre marca su vida, pero en esta ocasión la historia está adaptada a nuestros tiempos, algo que descoloca un poco al espectador cuando ve manejando un celular a Norman, pero a pesar de ello, el excelente casting y manufactura hacen valer la pena su visionado. Psicosis también tuvo su remake, de la mano de Gus Van Sant, un copy/paste en donde se cambió la fotografía a color y por supuesto a los actores, pero que no aportó ningún gramo de innovación a la historia, siendo uno de los remakes más innecesarios de la historia del cine.




Psicosis ya está inscrito con letras mayúsculas en la historia del cine, un filme imprescindible en la lista de cualquier cinéfilo, no solo por su vital importancia para los realizadores y espectadores, sino porque no pierde ese potencial de entretenimiento y de magia pasadas más de cinco décadas, desde la excelsa dirección de Hitchcock, la banda sonora de Hermann o los geniales títulos de crédito de Saul Bass. Psicosis es un filme novedoso, en donde lo más importante es la técnica cinematográfica tal como lo cuenta el director, una cita del libro "El cine según Hitchcock", el libro que le dedicó Francois Truffaut a uno de los directores/autores más impresionantes: "Tal vez. Mi principal satisfacción es que la película ha actuado sobre el público y es lo que más me interesaba. En Psicosis el argumento me importa poco, los personajes me importan poco; lo que me importa es que la unión de los trozos del filme, la fotografía, la banda sonora y todo lo que es puramente técnico podían hacer gritar al público. Creo que es para nosotros una gran satisfacción utilizar el arte cinematográfico para crear una emoción de masas. Y, con Psicosis, lo hemos conseguido. No es un mensaje lo que ha intrigado al público. No es una gran interpretación lo que ha conmovido al público. No era una novela de prestigio lo que ha cautivado al público. Lo que ha emocionado al público es el filme puro".




Hitchcock logró manejar a su antojo los sentimientos de los espectadores, asustándolos, engañándolos y sorprendiéndolos en todo momento, sin dejar que ellos mismos se adelantaran a los acontecimientos, en palabras del propio director: "una forma de dirigir al público igual que si se tocara un órgano".

Trailer:

sábado, 12 de julio de 2014

Lost Highway (1997)


Título Original: Lost Highway
Director: David Lynch
Productor: Deepak Nayar, Tom Sternberg y Mary Sweeny
Guion: David Lynch y Barri Gifford
Fotografía: Peter Deming
Edición: Mary Sweeny
Año: 1997
País: France / USA
Intérpretes: Bill Pullman, Patricia Arquette, Robert Loggia, Richard Pryor, Natasha Gregson Wagner, Giovanni Ribisi, Gary Busey, Robert Blake, Michael Massee

imdbhttp://www.imdb.com/title/tt0116922/reference


Lost Highway (Carretera Perdida) es un viaje al mundo de David Lynch en el que hay que dejarse llevar y sorprender por lo que el realizador nos tiene preparado. La interpretación de la historia, como es habitual, depende de cada espectador, de cómo se sintió en el filme, pero lo que es seguro es que una vez se haya visto, no se olvidará, las imágenes quedan en nuestra mente días después de su visionado, ahí en nuestro inconsciente, donde le gusta trabajar a Lynch. Lost Highway es cine en estado puro, vestido con un traje de Cine Negro y con elementos de Road Movie, pero sigue siendo un viaje onírico, donde lo importante tiene doble explicación. Basado en los problemas de una pareja, y como ningún otro realizador, Lynch toma esta premisa para volverlo una pesadilla -el director David Cronenberg también trabajaría desde su punto de vista distinto, la separación de una pareja en su impresionante "The Brood" (1979)-, donde no todo es lo que parece e inclusive su personaje principal recuerda todo a medias, porque así es como le gusta recordarlo, no la verdad de lo que sucedió, sino su visión de lo que ha pasado. Es así como desfilan ante nuestros ojos hombres misteriosos, transformaciones literales de protagonistas, posibles asesinatos, y saltos en el tiempo/espacio. Es Lynch para los amantes de Lynch, y Lynch para los que quieran iniciarse en su mundo.




El saxofonista Fred Madison (Bill Pullman) recibe un mensaje en el intercomunicador de la puerta de su casa que dice: "Dick Laurent está muerto". Cuando se asoma a ver quien está afuera, no hay nadie. Esa noche, mientras Fred está tocando saxofón en un bar, decide llamar a su casa para hablar con su esposa Renee (Patricia Arquette), pero nadie contesta, los celos e intrigas lo comienzan a desorientar, pues sospecha que ella está teniendo un amorío con uno de sus amigos. A la mañana siguiente, la pareja encuentra un paquete en su entrada, en él hay una grabación en video de la fachada de su casa. Otro día pasa y con el otro paquete llega, esta vez el video muestra el interior de la casa e inclusive a la pareja durmiendo en su cuarto. Ostensiblemente preocupados, llaman a la policía, pero no hay indicios de traspaso a su propiedad.

Cuando están en la fiesta de Andy (Michael Massee), el amigo de Renee, y evidentemente la persona con la que engaña a su esposo, Fred conocerá a un hombre misterioso (Robert Blake), aunque en realidad ya lo conoce, de hecho en su propia casa, pues está allí en ese preciso momento. Fred llama a su casa y el hombre misterioso le contesta, aún cuando está parado en frente de él. El hombre lo deja en paz y Andy le comunica que es un amigo de Dick Laurent (Robert Loggia). Cuando regresa a casa, alterado, Fred busca por todos lados señales de algún intruso pero no las encuentra. Esa noche ve el reflejo del hombre misterioso en el cuerpo de su esposa. Luego, llega un nuevo video, pero este es solo para Fred, en donde se ve a sí mismo asesinando a su esposa Renee. Encontrado culpable de asesinato, Fred es sentenciado a muerte, y encerrado en solitario en una celda. A la mañana siguiente, los guardias se sorprenden al encontrar en la celda a Pete Dayton (Balthazar Getty) en lugar de Fred, un mecánico confuso que no sabe cómo fue a parar allí. La realidad se transforma y ya los personajes no son quienes eran antes, todo toma un giro inesperado en el que será difícil salir.




Lost Highway, coescrita entre David Lynch y Bill Gifford (autor de la novela en la que se basa Wild at Heart), comienza como un drama de separación y celos con elementos ominosos, en un creativo recurso de videos caseros. Sin embargo, después que el personaje principal Fred se transforma en Pete, vemos un reflejo de la realidad, una en la que los personajes están cambiados y en donde el erotismo y crimen toma lugar. Algo similar mostraría Lynch en Mulholland Drive, donde más de la mitad de la película va en una dirección para dar paso a un giro dramático de personajes y personalidades. El doble es una parte crucial del filme, justo después de la sentencia de muerte, y con la utilización de un dolor de cabeza creciente como detonante, Fred escapa de la realidad, quizás creando una persona distinta para no afrontar el hecho del asesinato de su esposa o quizás es la entrada a otro mundo sin explicación, pero lo que es evidente, es que en esta nueva situación todos tienen un doble. Está Fred/Pete; materializados por dos actores distintos, Renee/Alice creados por la misma actriz con diferente color de cabello, Mr. Eddie/Dick Laurent ambos caracterizados por Robert Loggia, un mundo paralelo en la que las situaciones se repiten, así no sea de igual forma pero con idénticos resultados, un bucle temporal.




El filme es quizás el más erótico del director, junto a Mulholland Drive. En él, una impresionante y cautivadora Patricia Arquette construye dos personajes. Su interpretación está basada en las clásicas Femme Fatale del cine negro, en las que se ve algo que esconde, una fuerza sobre los hombres, un poder de manipulación. Y es así como la pelinegra Renee se transforma en la rubia ardiente Alice, una mujer sensual que maneja las cosas a su manera, a pesar de parecer víctima. Alice es la verdadera mujer fatal, por la cual los personajes hacen cualquier cosa, desde el enamoradizo Pete hasta el jefe criminal Eddie (Robert Loggia). Alice es la que mueve la acción, seduce a Pete para obligarlo a hacer lo que ella quiere.
La transformación de Fred es el elemento misterioso, que puede tener varias interpretaciones, un escape de la realidad después de cometer un asesinato o una forma de escape de un hombre inocente, son algunas de las posibilidades con que puede jugar el espectador. Pero lo más intrigante del filme es por supuesto, el hombre misterioso (Robert Blake), precursor en cierto sentido del Cowboy de Mulholland Drive (Monty Montgomery), además que se conecta con el Frank Booth de Blue Velvet (Dennis Hopper). Lynch, en general, ha utilizado el recurso del maquillaje para enfatizar la maldad de los personajes, esto es claro en Blue Velvet, donde el personaje de Booth se pinta la cara, deformándose, así como en el personaje de Marietta en Wild at Heart se pinta el rostro totalmente rojo después de acordar un asesinato. En Lost Highway, el hombre misterioso aparece con el rostro maquillado, otorgándole un carácter siniestro que va acorde con sus acciones. Cuando aparece en la fiesta la música se atenúa hasta desaparecer, y el hombre toma posesión del lugar. El hombre misterioso aparece durante todo el metraje y es el único que no tiene un doble. Sin duda alguna, uno de los personajes más siniestros del cine.




La banda sonora es realmente importante en el filme. La música realizada con saxofón es imprescindible, pues el personaje principal lo toca reflejando la pasión perdida en su hogar, la composición de Angelo Baladamenti contrasta con el uso de la música de Rammstein que agrega un nivel de desasosiego en una parte importante del filme. El cantante Marylin Manson también aporta lo suyo, además de intervenir brevemente en una escena en un video porno que tiene tintes de Video Snuff. También es importante la canción de David Bowie "I am Derange" en los créditos iniciales y finales que encajan perfectamente con las imágenes de carretera.

Lost Highway está rodada en parte como Road Movie, pero acá lo importante no es el destino espacial sino psicológico. Todo el filme se puede ver como un viaje psicológico de su personaje principal, uno que es circular, pues termina donde empieza, con pistas recibidas del mismo personaje. Pero el personaje termina tratando de escapar por una carretera sin fin. La velocidad es significativa, como lo indican los créditos iniciales, una experiencia del manejo y de perder el control, todo lo contrario a lo que crearía Lynch en su "The Straigh Story", donde el viaje pausado, pero emocional, permite disfrutar de los paisajes, de los personajes. Lost Highway además, como buena parte del cine de Lynch, plantea más preguntas que las que responde, un filme que demuestra una vez más la capacidad única del realizador para crear pesadillas, sueños y personajes inolvidables, con todos sus elementos habituales, cortinas rojas, detectives sin idea de lo que sucede y escenas de carretera en la noche.




Lost Highway fue el primer largometraje producido por Asymmetrical Production, la propia productora de Lynch, con la que buscaba una independencia que no había tenido hasta el momento. Como curiosidades, en una entrevista, Lynch declaró que Lost Highway y Twin Peaks se desarrollan en el mismo mundo, es por ello que se puede ver que el personaje del hombre misterioso tiene interferencia con la electricidad como lo hace el Bob de la mítica serie. La participación de Robert Loggia en el filme, fue materializada tras el deseo del actor de trabajar con Lynch, después de que en la audición para el personaje de Frank Booth en Blue Velvet, saliera furioso al conocer que Dennis Hopper ya había sido seleccionado, y que es precisamente lo que Lynch le pidió que recreara, esa furia propia del personaje del Sr. Eddie. El número telefónico de Fred termina en 666. Y, este fue el último filme de Jack Nance, el gran actor y colaborador habitual del cine de Lynch desde que creara el personaje para Eraserhead.

Trailer:

The Giallo Collection # 23: The Bloodstained Butterfly (1971)



Título Original: Una Farfalla con le ali Insanguinate
Título en Inglés: The Bloodstained Butterfly
Título en Español: Una Mariposa con las alas Ensangrentadas
Director: Duccio Tessari
Guion: Gianfranco Clerici, Duccio Tessari
Fotografía: Carlo Carlini
Año: 1971
País: Italia
Intérpretes: Helmut Berger, Giancarlo Sbragria, Ida Galli, Carole André

imdbhttp://www.imdb.com/title/tt0067084/reference


Construida como un híbrido entre el género policial y el Giallo, Una Farfalla con le Ali Insanguinate, es un thriller italiano distinto, con respecto a que el guion se construye a través de una investigación de un asesinato sin contar con el recurso de que sea un personaje principal el que la realice, además sin centrarse de forma directa en los asesinatos, que buena parte de ellos son mostrados a través de los flashbacks y especulaciones de los investigadores. Así mismo, buena parte de la trama se desarrolla como un filme de juicios. Sin embargo, desde la música de Gianni Ferrio hasta la elaboración del suspenso, el filme está correctamente dirigido por Duccio Tessari con un ingenioso guion que muestra una solución verdaderamente inteligente al misterio, en el que se incluye un giro final para la revelación del asesino.




El presentador de televisión Allesandro Marchi (Giancarlo Sbragia), es arrestado por el brutal asesinato de una joven estudiante francesa llamada Francoise Pigaut (Carole André). Su cuerpo es descubierto en un parque de la ciudad, donde varios testigos pudieron ver claramente el rostro de una persona que salió corriendo de la escena del crimen. El caso se desenvuelve cuando una de los testigos identifica a Allesandro como el individuo en cuestión, por lo que el presentador es acusado de homicidio. Durante el juicio, todas las pruebas parecen irrefutables, la fiscalía construyó el caso, casi perfecto, pues el buen número de evidencias incriminan a Allesandro. A pesar de ello, su abogado defensor trata de refutar las evidencias, aduciendo vías de escape recursivas, como el hecho de recrear la escena de la identificación con la testigo, quien a pesar de que usa gafas, el día del asesinato no las llevaba puestas. Pero, sin saberlo, Allesandro estará mucho más cerca de la cornisa, debido a que su abogado defensor está teniendo un tórrido romance con su esposa María (Ida Galli), los cuales están complacidos cuando a este lo declaren culpable.

Cuando todo parece resuelto, un nuevo asesinato ocurre, esta vez el de una prostituta, pero con el mismo modus operandi que se usó en el asesinato de la estudiante. Un hombre llama al comisario encargado del caso, y confiesa ser el asesino, además de que promete que aparecerán más cuerpos. La policía no tiene más remedio que soltar a Allesandro y tratar de desenmascarar al culpable de una vez por todas.




El Giallo de Tessari se enfoca principalmente en la investigación de los asesinatos, dejando a un lado la creación del acechamiento y muerte de las víctimas que tanto le encantan al director Dario Argento, sin mostrar ninguna violencia explícita, pero con la suficiente inteligencia de crear un misterio que hay que desenmarañar. Los créditos iniciales del filme, enmarcados con la forma de una mariposa, presenta a los diversos personajes que compondrán la trama, un buen número de ellos que puede inicialmente confundir al espectador. Entre los personajes que se muestran, están las víctimas del asesino y los posibles culpables, así como los acompañantes que rodean la historia. Como se mencionó antes, a pesar del título que hace referencia a una mariposa, es prácticamente el único elemento asociado al cine de Argento y su famosa trilogía animal de principios de los setentas, más allá también de las caminatas por la ciudad que hacen los personajes, pues buena parte de la primera mitad se desenvuelve como un drama de juicios, donde se emplea suficiente tiempo para estudiar las evidencias y dejar la duda de si el personaje arrestado es el verdadero asesino o no. El título La Mariposa con las Alas Ensangrentadas, hace referencia al collar con broche en forma de mariposa que compró la estudiante francesa justo antes de ser asesinada, una mariposa que pronto se tiñe de rojo.




El metraje se soporta por los diálogos, algunos muy técnicos y otros especulativos de los investigadores, mientras el espectador va sacando sus propias conclusiones. Igualmente, el filme se destaca entre el género, por la falta de escenas sexuales y perversiones de sus personajes que en un buen número de ocasiones componen los Giallos, para pasar a pecados más normales como el adulterio o el asesinato inicial espontáneo, sin goce o tortura para con las víctimas. Las escenas de las muertes son construidas a través de las conjeturas que hace la policía, recreando paso a paso lo sucedido para así dar con el culpable, dejando a un lado la idea de la ambientación del asesino al acecho. Pero, son precisamente estos recursos los que hacen rescatar este particular Giallo, mostrando un producto diferente que amplía la forma de retratar los asesinos en el cine italiano de los setentas.

Duccio Tessari es un veterano director italiano especialista en Spaguetti Westerns, de hecho era considerado como uno de los padres de ese género, especialmente por su saga de Ringo con "Una Pistola per Ringo (1965)" y "Il Ritorno di Ringo (1965)". Pero además de esa faceta, y como lo demuestra como co-guionista en este Giallo, Tessari escribió la mayoría de sus películas además de otras para diferentes cineastas como su aporte para "Per un Pugno di Dollari (Por un Puñado de Dólares, 1964) para Sergio Leone. Tessari también aportó otro dos Giallo destacados al género llamado "La Morte Risale a Ieri Sera" (Death Occured Last Night, 1970) y "L'uomo Senza Memoria" (Puzzle, 1974).




Una Farfalla con le ali Insanguinate es una pieza de misterio bien construida, ambientada con una hermosa música de Gianni Ferrio -quien empleó de forma acertada el concierto No 1 de Tchaikovsky en conjunto con las composiciones más tradicionales del Giallo- pero que por momentos se hace lenta en el desarrollo. Sin embargo, la atención del espectador es mantenida en la pantalla debido al buen trabajo en la cinematografía de Carlo Carlini, evidenciando una gran cantidad de planos recursivos e intrincados, con composiciones generalmente muy llamativas y prolijas. Mientras que los buscadores de escenas violentas y sexuales se quedarán cortos con Una Farfalla con le ali Insanguinate, los amantes del Giallo encontrarán un filme diferente del género, que si bien evidencia la falta de sustancia de los personajes y un ritmo menos acelerado, es indudablemente bien escrito con soporte policial y un giro nada convencional.

Títulos de crédito:


lunes, 2 de junio de 2014

Dune (1984)



Título Original: Dune
Director: David Lynch
Productor: Rafaella de Laurentis
Guion: David Lynch
Fotografía: Freddie Francis
Edición: Antony Gibs
Año: 1984
País: USA
Intérpretes: Francesca Annis, Leonardo Cimino, Brad Dourif, José Ferrer, Freddie Jones, Kyle MacLachlan, Virginia Madsen, Patrick Stewart, Dean Stockwell, Jurgen Prochnow, Max von Sydow, Sean Young, Sting.

imdbhttp://www.imdb.com/title/tt0087182/reference
TaglineYou are about to enter a world where the unexpected, the unknown, and the unbelievable meet.


La primera película de David Lynch filmada a todo color, es también una obra menor en su filmografía, a pesar de contar con un presupuesto gigantesco, pero el cual, conlleva traer a productores e inversores que quieren controlar en todo momento el producto final, cerrando la creatividad de un director que como ha mostrado con creces, trabaja mejor en libertad. Lynch aceptó el reto de adaptar la popular novela Dune de Frank Herbert (primera de la saga) de más de 600 páginas en un filme de tan solo dos horas y media, un titánico trabajo en el que el director-guionista sale a flote tomando los principales elementos de la novela y todos sus llamativos conceptos, como lo es el misticismo que rodea a los protagonistas. Pero siendo un filme de Ciencia Ficción, y partiendo de una base literaria, la ilusión y expectativa por ver algo impactante en la pantalla grande -algo que va íntimamente ligado a los efectos visuales-, se vino abajo, porque en lugar de las grandes batallas planetarias o viajes espaciales, la historia es más personal - Lynch obviamente no es un director de acción en pantalla -, acerca de la evolución de su personaje hasta convertirse en uno solo con el universo, un "elegido" que salvará al planeta Dune, pero como toda profecía que está a punto de cumplirse, da origen a un final previsible, que mientras en la novela es adornado por las diferentes subtramas y trasfondo de los personajes, en el filme de Lynch se ve precipitado, erróneamente editado y que decae peligrosamente en interés.




El planeta Arrakis también conocido como Dune es un planeta desértico, sin agua, pero que tiene un elemento que interesa en todo el universo, la especia Melange, capaz de expandir la conciencia de quien la tome e inclusive puede doblar el espacio permitiendo el viaje intergaláctico, sin moverse en ningún momento. En Dune viven los Fremen, quienes están en contra del control que ejerce el Emperador del universo conocido y esperan que se cumpla la profecía de que el Mesías los libere de la opresión. Por su parte, el Emperador conspira con el barón Harkonnen del planeta Geidi Prime, para acabar con sus enemigos, la casa Atreides del planeta Caladan, quienes están adquiriendo poder. El Emperador permite a los Atreides que resguarden a Dune, pero en secreto va planeando una emboscada con el barón, pues este tiene un traidor dentro del círculo personal de los Atreides.

Paul, el hijo del duque Atreides, es un hombre especial que ha sido entrenado por su madre Jessica, una Bene Gesserit, perteneciente a una orden secreta de mujeres poderosas. Antes de partir a Arrakis, Jessica lleva a Paul donde la Madre Reverenda, quien lo somete a una dolorosa prueba que Paul consigue pasar. La Madre le hablará acerca del Agua de la Vida, proveniente de los gusanos de Arrakis, la cual tiene un peligroso efecto, todo hombre que la ha bebido a muerto inmediatamente. Solo el Kwisatz Haderach, el verdadero Mesías podrá beberla y sobrevivir. Cuando la casa Atreides ingresa a Dune, son emboscados por los Harkonnen, pero Jessica y Paul logran escapar al desierto, donde encuentran a los Fremen. Jessica bebe el Agua de la Vida, y se convierte en la Madre Reverenda, dando a luz prematuramente a su hija Alia, quien nace con gran poder. Paul, ahora conocido con su nombre Fremen de Muad'Dib, les enseña a combatir para lograr impedir el flujo de Melange y los viajes intergalácticos, y de esa forma hacer una rebelión. Finalmente, Paul bebe el Agua de la Vida y se convierte en el Mesías, el elegido, el superhombre que liderará a los oprimidos del planeta Dune.




La historia épica de Herbert -quien de hecho en su momento, se proclamó admirador del trabajo que hizo Lynch con su historia- no es desde ningún punto de vista, fácilmente adaptable a un largometraje, la historia es muy densa, llena de personajes y situaciones importantes necesarias para comprender todo el universo que conforma a Dune. Lynch, a pesar de que toma los principales elementos clave de la novela, realiza un filme de Ciencia Ficción frío, por momentos sin vida, debido a la condensación de la historia, entregando una narrativa previsible. Ahora, la visión particular de Lynch está allí, el filme posee algunos de sus elementos recurrentes; los personajes bizarros, como lo es el barón Harkonnen, un personaje tanto repugnante por fuera como por dentro a diferencia del personaje de John Merrick, el hombre elefante que puede impactar a la vista pero por dentro es un ser generoso y bondadoso. El barón es una de los personajes más perversos de Lynch, con oscuros deseos sexuales, el cual se anticipa al Frank Booth que habita el idílico paraíso de Lumberton. En Dune también se observa el uso de los colores saturados que llevaría a su máxima expresión en su siguiente filme Blue Velvet (Terciopelo Azul, 1986) -el color azul es muy importante en Dune, para mostrar el poder del Agua de la Vida- , así mismo el recurso de los sueños del personaje principal está presente en el filme, aunque sin elementos surrealistas.




La pasividad y acercamiento al texto de la novela va en contra de la evolución natural del filme, pues se presenta como pausado, en cierto sentido teatral en la forma que se recitan los diálogos y evidentemente sin cambios de ritmo. No ayuda, además, que los productores no dejaran de ejercer control sobre el director, que al final accedió a sus demandas incluyendo la de negarle un corte final de la película. Estos hechos harían que el propio Lynch declarará que cometió un error al aceptar la dirección de este filme, hecho por el cual en algunas versiones está firmado como Alan Smithee, un pseudónimo utilizado por realizadores que no quieren ver su nombre en el producto final. El productor que poseía los derechos de la novela, Dino de Laurentis, escogió a Lynch por sugerencia de su hija Rafaella, quien había visto el buen trabajo de Lynch en su clásico Eraserhead y por supuesto en una de sus obras cumbres como lo es The Elephant Man. Con casi 20 años después de la publicación de la novela original, el proceso de producción del filme fue acelerado, teniendo en cuenta que la selección inicial para el filme era Alejandro Jodorowski, otro realizador surrealista, y posteriormente el tándem Ridley Scott/H.R. Giger, como realizador y diseñador de producción, respectivamente, decidieran dejar el proyecto. El monstruoso proyecto se financió con la importante suma de 40 millónes de dólares, gran parte gastada en los enormes y diversos decorados que comprenden el filme. Pero, mientras los decorados y las pinturas hechas en mate reflejan fielmente el universo de Dune, hay otra gran cantidad de efectos que se ven de poco valor, restándole calidad al producto -acá entraría los escudos protectores por ejemplo-. Sin embargo, es rescatable la creación de los gusanos de arena y en general los efectos creados por el especialista Carlo Rambaldi, quien continuaría con su exitosa carrera en Hollywood.




El impresionante casting, que incluye a actores de la talla de Max von Sydow, José Ferrer o Patrick Stewart, entre otros, se ve desaprovechado, por la confusa narrativa que se enfoca más en los diálogos citados por los personajes que en el crecimiento personal de ellos. Empero, el descubrimiento del actor Kyle MacLachlan por parte del director Lynch, sería uno de las pocas retribuciones que el realizador obtuvo con el filme, pues el actor sería su enfoque para sus siguientes películas donde le sacaría el mayor provecho.

Dune es una película que se enfoca menos en las batallas, armas y naves para centrarse en el crecimiento espiritual de su personaje principal. El filme es un viaje de iluminación de la conciencia. Las escenas oníricas tan discernibles en el cine del realizador, se ven acá como sueños premonitorios, los cuales se cumplen exactamente como se sueñan, y algunas veces se pasa a la realidad en el mismo instante de la visión, pero en ningún momento son tan surrealistas como en sus otros largometrajes. El crecimiento personal de Paul está ligado a las criaturas de Arrakis, los gusanos de arena, pero esa comprensión que hace el personaje no se exterioriza en ningún momento, el espectador aprende de ese mundo a través de los diálogos, pero se confunde con lo no dicho, lo no mostrado. Es allí, donde los lectores de la novela pueden sacar un mayor provecho de la historia, pues tiene las herramientas adecuadas para ello. Al final Dune es un filme que decepcionó a los fanáticos de la novela, esperando una versión más larga y completa y a los fanáticos de Lynch que no pudieron ver otra de sus grandes obras plasmada en pantalla, pero para los últimos la espera no sería larga, pues dos años después el director entregaría otra obra maestra.



Trailer:


The Giallo Collection # 22: Don't Torture a Duckling (1972)



Título Original: Non si sevizia un paperino
Título en Español: Angustia del Silencio
Título en Inglés: Don't Torture a Duckling
Director: Lucio Fulci
Productor: Renato Jaboni
Guion: Lucio Fulci, Roberto Gianviti y Gianfranco Clerici Fotografía: Sergio D'Offizi
Edición: Ornella Micheli
Año: 1972
País: Italia
Intérpretes: Florinda Bolkan, Barbara Bouchet, Tomas Milian, Irene Papas

imdbhttp://www.imdb.com/title/tt0069019/reference

Lucio Fulci, más conocido como el "Padrino del Gore", empezó su carrera con películas de comedia, pero construyó su nombre en el mundo fantástico, que era obviamente su pasión. El a veces incomprendido cineasta, aportó varios Giallos a la historia cinematográfica, en especial dos que resaltan por méritos propios, Una lucertola con la pelle di donna (Una Lagartija con Piel de Mujer, 1971) y Non si sevizia un paperino (Aungustia del silencio, 1972). Precisamente, este último fue reconocido por la crítica en su momento, aunque el director no haya tenido esa constante con la mayoría de sus filmes, por el hecho de ser creados a partir de guiones confusos, enfocados en lo visual y generalmente con situaciones híper violentas, haciendo que el público que aprecie su cine sea de un tipo especial, no apto para todos. En Angustia del Silencio, su Giallo más fino, co-escrito por el propio Fulci, el guion está más elaborado y mejor engranado que sus largometrajes habituales, tomando los puntos claves del género Giallo, para aplicarlos a una historia rural, donde no solo la violencia es materializada, sino también parte de crítica social y religiosa a la vez que tiene sus influencias del neorrealismo que hizo famoso a su país.




Los adolescentes están siendo asesinados en un pequeño pueblo llamado Accendura. La policía italiana junto con un curioso reportero, tratan de encontrar al asesino y detener estos salvajes crímenes, mientras el pueblo comienza a ceder ante el pánico y la paranoia. A media que los asesinatos se acumulan, un puñado de sospechosos, la mayoría mujeres, van surgiendo, pero cuando se van descartando uno a uno, los cadáveres siguen presentándose. Finalmente, una pequeña niña, que no puede hablar, puede tener la clave que resolverá el misterio, pero ¿podrá el periodista llegar a ella antes de que se convierta en la próxima víctima?




La gran virtud de Angustia del Silencio es el escenario, un pueblo rural donde la modernidad aún no ha llegado y los lugareños quieren tomar la justicia por sus propias manos. Fulci, narra con soltura y con elementos neorrealistas, la historia en este pueblo pobre localizado al sur de Italia. A diferencia de la mayoría de los Giallos, que están ambientados en apartamentos, galerías de arte y ciudades de clase media, Angustia del Silencio presenta una historia más del pueblo, y más cercana al corazón del director. En él, se tienen creencias religiosas, así como de supersticiones y brujería. En este contraste de creencias, se debaten los habitantes del pueblo, donde la pérdida de la inocencia es evidente. Allí encontramos dos elementos que tenía muy presente el director a lo largo de toda su carrera, el sexo y la muerte. El impulso sexual es el detonante de los asesinatos. En Accentura, se muestran a los niños ávidos por el sexo, representado en tres de ellos, quienes constantemente hacen de voyeristas cuando van a una casa alejada donde llegan las prostitutas a ofrecer sus servicios a los hombres del pueblo. Además, el filme que es novedoso en cuanto a las víctimas, todos menores de edad, haciendo más truculenta la historia. Esto guía a una atmósfera malsana y perturbadora, desde la escena inicial cuando la bruja del pueblo desentierra los restos de un infante, hasta la constante predisposición de la mujer promiscua del pueblo, la hermosa Barbara Bouchet, que busca cualquier excusa para mostrar sus encantos a los adolescentes -con elementos obvios de pedófila-. El erotismo y el contraste con la inocencia están allí, para sentar los motivos de los asesinatos pero también para impactar, de forma eficiente al espectador.




El segundo elemento clave es la muerte, o la violencia, tan voyerísticamente filmada por Fulci. Aunque, Angustia del Silencio, no está dentro de su etapa más gore, evidentemente tiene una violencia explícita inusual. En una escena inquietante, justo cuando la bruja del pueblo (Florinda Balkan), ha sido liberada, pues es inocente de los asesinatos, los padres de las víctimas no lo creen así, y la siguen hasta un cementerio. Una vez allí, la mujer es rodeada y ajusticiada con cadenas, una escena construida lentamente, haciendo énfasis en la tortura y la crueldad humana, elementos habituales del cine gore de Fulci, que expresan de forma inequívoca lo que un humano puede hacer cuando tiene el poder. La escena, termina en una genial secuencia de la bruja arrastrándose, ya moribunda hasta la carretera donde pasan los automóviles sin prestarle atención. Así mismo, la escena final del asesino cayendo con el rostro golpeando directamente a unas rocas -con unos efectos que ya no funcionan en pantalla y los años le han pasado factura-, es un recurso propio del director al que le importaba mucho más el impacto visual por encima de otras cosas.




A pesar de que el filme tiene sus variaciones y novedades en el género, también tiene elementos comunes, sobre todo en lo referente a un buen número de sospechosos. En este caso, no importa el género, pues los sospechosos son mujeres y hombres por igual. El padre que le gusta jugar fútbol con los niños, la bruja que quiere vengarse de ellos utilizando muñecos y agujas, la mujer promiscua del pueblo, y hasta el hombre retrasado que trata de sobrevivir. El misterio está muy bien construido desde el guion, pasando por cada uno de los sospechosos, pero eliminándolos uno a uno mediante coartadas o eventos que no se vieron en pantalla. El periodista (Tomas Milian) será el investigador principal, llegando a descubrir la verdad mucho antes que la policía, otro desenlace habitual de este tipo de cine. Además es destacable también, el elemento de las muñecas decapitadas, que tiene la pequeña niña, tratando de emular lo que vio en el momento de los asesinatos, un testigo inocente pero clave para desenmascarar al asesino. Uno de los muñecos, es un pato, de ahí el título en inglés, y que le sirvió a Fulci como Leit Motiv para su filme ultraviolento Lo squartatore di New York (El Destripador de Nueva York, 1982), en donde el asesino emulaba la voz del pato Donald.




La motivación del asesino se revela como uno de los aspectos más fascinantes y subversivos que empleara el director. En lugar, de la construcción habitual del asesino que tiene un trauma psicosexual en su niñez, en esta ocasión, el perpetrador, tiene una idea de idealismo moral amparado por su catolicismo -el director lanza una pista sugerida cuando muestra unos créditos que dividen la película en "primer tiempo" y "segundo tiempo"-. El asesino, busca preservar la inocencia de la infancia mediante la eliminación de aquellos niños que han sido corrompidos por la vida del pueblo, logrando uno de los mejores clímax del cine Giallo. Es una visión valiente del realizador en el sentido de crear una metáfora de la sociedad del momento, guiada por el miedo de la religión.

Angustia del Silencio, nos muestra los aspectos más inhumanos de las comunidades, y cómo el miedo y las supersticiones guían a sus acciones. Además, es un filme innovador en cuanto al escenario y motivaciones del asesino, con suficiente intriga y misterio para que el espectador se centre en ellos a la vez que sirve como una buena aproximación hacia el cine de Fulci, para ir preparando paulatinamente para sus pesadillas más atroces.

Trailer:


La Cabina (1972)



Título Original: La Cabina
Director: Antonio Mercero
Productor: Joe Salcedo
Guion: José Luis Garci y Antonio Mercero
Fotografía: Federico G. Larraya
Edición: Javier Morán
Año: 1972
País: España
Intérpretes: José Luis López Vázquez, Agustín González, Goyo Lebrero

imdbhttp://www.imdb.com/title/tt0065513/reference


El horror bien construido, casi siempre funciona cuando se establece con elementos cotidianos o situaciones normales, sin aspavientos y sin efectos especiales, donde una vuelta de tuerca a una acción normal, como en este caso una llamada en una cabina telefónica se torna ominosa. La Cabina, ha mantenido su reputación de cortometraje de horror macabro y sólido desde hace varias décadas. La razón es la siguiente. El horror mostrado en el argumento es tan simple pero a la vez tan efectivo, que funciona aún el día de hoy, a pesar de que los avances tecnológicos transformaran la forma de comunicarnos y estas cabinas solo se usen en menor medida el día de hoy. La virtud que tiene el realizador Antonio Mercero con esta historia, es la de manipular a su antojo al espectador, pues la historia que comienza de una manera muy jocosa y amena, se va transformando muy lentamente en una desesperación que siente el personaje al estar encerrado, y que ve como todos los intentos por ayudarlo fracasan. Esta desesperación a su vez, se transforma en un sentimiento de terror puro, cuando la finalización de la historia se resuelva de forma macabra. Es por ello que La Cabina, sin ninguna duda, se ha ganado un respeto a pulso entre los seguidores del horror, un cortometraje que ningún amante de este género se debería perder.




La Cabina, cuenta la historia que le sucede a un hombre adulto (José Luis López Vázquez), cuando después de dejar a su hijo en el autobús escolar, entra a una cabina telefónica, recién instalada en un parque de Madrid, con el fin de realizar una llamada. El teléfono no funciona, pero en ese instante, la puerta de la cabina se cierra de golpe y cuando el hombre trata de salir la puerta no cede. Todos sus intentos por forzar la puerta fracasan. En ese momento, dos hombres que van para el trabajo se acercan a ayudarlo, pues el hombre hace señas para que alguien lo auxilie. Los hombres tratan de abrir la puerta por la fuerza, pero solo consiguen arrancar la manija. Sin nada más que hacer, y como van tarde para su trabajo, los transeúntes lo dejan allí encerrado.

A partir de entonces se comienza a crear una multitud de personas curiosas al rededor de la cabina. La desesperación del hombre encerrado va aumentando, a medida que los niños y la gente no hacen más que burlarse de su situación. Un hombre con un destornillador se acerca para sacarlo, pero la puerta no tiene tornillos, mientras que hace aparición la policía y hasta los bomberos. Cuando uno de los bomberos se dispone a romper la cabina desde la parte de arriba, llega el vehículo con las personas que la habían instalado temprano en la mañana, levantan la cabina con unos tubos y se la llevan con el hombre adentro a su vehículo. El hombre sin saberlo se verá involucrado en una pesadilla macabra.




Esta idea tan sencilla da pie para que se construya de forma efectiva el horror en el personaje, el cual apoyado en una excelente interpretación de su actor principal, es transferido convincentemente al público. La trama como se mencionó anteriormente, se va transformando poco a poco desde la comedia hasta el horror surrealista. El director, supo crear una atmósfera definida, con el fin de presentar al personaje como si fuese un animal encerrado en un zoológico o en su defecto, una atracción de circo, donde las personas van a verlo para reírse de su situación y entretenerse a costa de su humillación. En una de las escenas más dicientes, el hombre encerrado ve su reflejo en un espejo que están trasladando unas personas en el parque, en ese momento, se ve a sí mismo en su propia jaula. Adicionalmente, la actuación tiene mucho soporte para la historia, por el hecho de que el personaje prácticamente no tiene diálogos -solo cuando se despide de su hijo-, pues el sonido que se escucha viene del exterior de la cabina en todo momento, elemento que ayuda a aislar el personaje del mundo. Todo su miedo debe ser transmitido a través de sus reacciones, todo un logro interpretativo y de genialidad creado desde un sorprendente guion. La historia posteriormente se transforma en una pesadilla, un horror surrealista que nadie es capaz de anticipar, pero que le otorga a este cortometraje español un estatus de calidad pocas veces logrado.




La Cabina, fue un proyecto desarrollado por la televisión española TVE y el cual ganó merecidamente, el premio Emmy de ficción en el año 1973, entre otros cuantos premios. El guion de José Luis Garci y el propio realizador, consigue narrar una historia claustrofóbica y desesperanzadora, a plena luz del día y en medio de una ciudad muy poblada, demostrando la impotencia que puede caer en cada uno de nosotros bajo una situación aparentemente normal. Así mismo, las otras claves de su éxito están allí. No hay explicación alguna a lo que sucede, no hay motivaciones para ello, no hay una razón lógica para lo que vemos. Nunca un tranquilo paseo por las calles se ha visto tan tenebroso. El terror, llega desde la falta de explicación. Eso es algo a lo que debería volver en más ocasiones el cine de terror actual, a la simpleza a la hora de contar una historia y crear un miedo convincente. La Cabina es todo un logro narrativo y muy cinematográfico que dejará una huella en los espectadores.

Ver cortometraje:


domingo, 6 de abril de 2014

Edición # 12 - 24 Cuadros por Segundo



Edición # 12 de la revista 24 Cuadros por Segundo con la que cumplimos 2 años!!. En esta ocasión lo celebramos estrenando look y terminando de revisar el trabajo audiovisual de David Lynch, además... las secciones Plano X Plano/ Diente X Diente (clásicos) con la película "Straw Dogs" (Perros de Paja) de Sam Peckinpah, El Legado de Sangre (Slasher) con el clásico de Alfred Hitchcock "Psycho" (Psicosis), Rojo Profundo (Giallo) con el origen del subgénero: "La Ragazza Che Sapeva Troppo" (La Chica que sabia demasiado) de Mario Bava, los Estrenos, el Cuadro 25, una Retrospectiva a la saga de Hellraiser creada por Clive Barker y una revisión a lo Mejor del 2013 en cuanto a cine...

Que disfruten la revista... bienvenidas las sugerencias y comentarios...

 Link de descarga: http://netload.in/dateiiuxz4bChJK/Revista12.pdf.htm 

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