Título Original: Visiting Hours
Título en Español: Pánico en el Hospital
Director: Jean-Claude Lord
Productor: Claude Heroux
Guion: Brian Taggert
Fotografía: René Verzier
Edición: Jean-Claude Lord y Lise Thouin
Año: 1982
País: Canada
Intérpretes: Michael Ironside, Lee Grant, Linda Purl, William Shatner
Tagline: There is no known cure.....for MURDER
Deborah Ballin (Lee Grant) es una reportera televisiva con un punto de vista fuertemente feminista. Ella aprovecha su show televisivo para denunciar injusticias contra las mujeres. Su productor, Gary Baylor (William Shatner) se preocupa porque alguien puede atacar a Deborah debido a sus controversiales opiniones. Una noche, después de un debate sobre un juicio en el que una mujer es condenada por un asesinato en defensa propia, Deborah se va furiosa a su casa pues Gary no le permite incluir en el programa algunas escenas que se grabaron en donde ataca fuertemente al invitado, el fiscal en el caso. Cuando llega a su casa, encuentra allí a un desconocido, usando nada más que su maquillaje y algunas joyas, quien trata inmediatamente de asesinarla y la hiere. Deborah logra encerrarse en una habitación y pide ayuda.
Una vez en el hospital y segura de que el peligro ha pasado, Deborah se relaja sin saber que el asesino llamado Colt (Michael Ironside) no está dispuesto a rendirse. Colt logra escabullirse dentro del lugar y asesina por error a otra paciente hasta que es descubierto por la enfermera Sheila Munroe (Linda Purl) y huye. Sheila al igual que Deborah será el centro de atención de este perturbado individuo quien además de asesinar colecciona fotografías de sus víctimas.
Visiting Hours -que en realidad transcurre casi en totalidad fuera de las horas de visita de un hospital- comienza como un Slasher bien trabajado, en una secuencia de ataque bien montada con una gran puesta de escena. El ritmo además está muy bien concebido, pues el director construye primero la atmósfera para el inminente ataque que es consumado por la presencia del actor Ironside. El filme continúa en el hospital, donde el imparable asesino se las apaña para ingresar y terminar su labor, pero es descubierto tras asesinar por primera vez en pantalla a una víctima equivocada. A partir de allí, el filme cambia de tono, pues se deja a un lado la construcción del suspenso y de más escenas en el hospital para centrarse en el personaje del asesino, mostrando su forma de vida, su relación casi muda con los demás y su obsesión con la violencia y el sadismo para con las mujeres. Aunque es interesante que se muestre algunos antecedentes del asesino en este tipo de filmes -como lo hiciera Fred Walton con el asesino en When a Stranger Calls (Cuando un extraño llama, 1979)- en esta ocasión, el ritmo del filme sufre grandes sobresaltos, que no dejan mantener la alta proporción de suspenso construido en la secuencia inicial. Además, el asesino se muestra increíblemente recursivo mientras el equipo de seguridad y la policía se presentan como terriblemente incompetentes, algo que le resta credibilidad, aunque normalmente se acepte estos fallos en el género.
Más allá de esas equivocaciones, el asesino Colt esta convincentemente construido por el recordado secundario Michael Ironside, un secundario de lujo que ha tenido el cine y que en esta ocasión muestra un lado mucho más oscuro. El recurso de las fotografías de las víctimas aporta a la construcción psicológica del personaje, obsesionado con la belleza de las mujeres y su momento antes de la muerte, un fotógrafo del pánico si se quiere. Y de este personaje, llegamos a los dos personajes femeninos, que no están del todo bien construidos, en especial por el hecho de que casi que ninguna destaca sobre la otra, pues a pesar de que la actriz Lee Grant pareciera ser la protagonista -si tenemos en cuenta su secuencia inicial y final y porque es el principal objetivo del Colt-, la actriz Linda Purl también toma protagonismo, en especial afuera del hospital donde es acechada por el psicópata. Estos vaivenes mellan la construcción del suspenso, que se retoma de buena forma en la secuencia de persecución final.
Algo rescatable además desde el guion, es el tema subyacente del filme. Lo más importante de la trama no es la presencia de un psicópata perturbado que persigue mujeres, algo que ya se ha visto suficientemente retratado en el cine de horror, sino como desde la televisión y desde el mismo género, se retrata casi como regla la violencia explícita contra las mujeres, algo que se ve aquí, pero en donde también se nota la presencia de mujeres fuertes que no saben que se pueden defender, que tienen que pasar por un peligro de muerte inminente para que desde su sentido de supervivencia se defiendan y devuelvan el golpe. Esto es palpable en su protagonista Deborah, quien se presenta como una defensora de la no violencia desde el inicio, pero cuyas convicciones se verán contrastadas hacia el final. Aunque el filme no es necesariamente pro-feminista, si que exhibe mujeres con carácter y junto con la falta de decisión del asesino en momentos puntuales, dan algún sentido a la historia.
El filme no es muy sangriento, otorgándole predilección a la construcción de los asesinatos y al disfrute del asesino con su sadismo, como ejemplo tenemos la escena de la enfermera en su casa a la cual le clava una navaja en la espalda, pero no la remata inmediatamente, retorciendo la navaja lentamente. Casi todos los asesinatos están construidos de esta forma, fríamente calculados con predilección por el sufrimiento. Si comparamos a Visiting Hours con la mayoría de Slashers de la época, vemos poco en común. En el filme no hay un asesino matando a diestra y siniestra, no hay personajes adolescentes molestos, no hay máscaras ni legendas populares, está presente simplemente un asesino serial, muy real, muy físico e inquietante. Visiting Hours puede ser que entrara más fácilmente en la categoría de thriller, pues su fuerte son las secuencias de acecho y pre-asesinatos.
Mientras que el psicópata está muy bien caracterizado y construido en la historia, los demás secundarios dejan mucho que desear, en especial el personaje interpretado por William Shatner (el otrora capitán Kirk), que es un personaje de florero, va de acá para allá, del hospital a la casa del asesino, de vuelta al hospital, de vuelta a la calle, pero nunca interfiere con las secuencias de peligro y no apoya en definitiva a la seguridad de la protagonista. Es un personaje que flota como perdido en el guion, sin justificar en ningún momento su presencia.
Visiting Hours es en resumen un Slasher distinto, enfocado en la creación de la tensión y de un personaje psicópata creíble, el cual sufre por momentos el corte del ritmo y se siente que puedo haber sido mejor. Los errores del guion se ocultan en gran medida debido a la buena actuación de Michael Ironside, que es sin duda lo mejor del filme. Los otros dos personajes principales femeninos son destacables, lo que hacen un filme para visionar, en especial por la creación de suspenso antes de los asesinatos. Ciertamente no es un Halloween II, pero eso no es del todo malo en este caso.
Trailer:
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