jueves, 10 de junio de 2010

Macabro (1980)



Titulo Original: Macabro (Macabre)
Título Alternativo: Frozen Terror
Genero: Terror
País: Italia
Duración: 93 Minutos
Año: 1980
Director: Lamberto Bava
Guión: Antonio Avati, Pupi Avati, Lamberto Bava, Roberto Gandus
Intérpretes: Roberto Posse, Bernice Stegers, Stanko Molnar, Veronica Zinny
Productor: Antonio Avati, Gianni Minervini
Fotografía: Franco Delli Colli
Música: Ubaldo Continiello
Edición: Piera Gabutti

Tagline: Prepare yourself for the Shock of a Lifetime!

Macabro marca el debut en solitario de Lamberto Bava, hijo del legendario Mario Bava, y es probablemente su obra más sólida y transgresora. Aunque el propio Lamberto ha minimizado su importancia dentro de su filmografía, lo cierto es que este thriller enfermizo posee una atmósfera única, perturbadora y sensualmente mórbida, que lo distingue dentro del panorama del horror italiano de los años 80.

Inspirado en un caso real ocurrido en Nueva Orleans, descubierto por Pupi Avati en una nota de prensa, el guion se escribió en apenas 20 días. Con pocos personajes y una economía de locaciones, Macabro se articula como una experiencia de horror psicológico con toques de necrofilia, crimen familiar y erotismo reprimido, todo narrado con una tensión que crece lentamente hasta volverse insoportable.

Jane Baker (Bernice Stegers), mujer burguesa y madre de dos hijos, mantiene una relación clandestina con su amante Fred en un apartamento alquilado en Nueva Orleans. El lugar pertenece a un joven ciego, Robert (Stanko Molnar), quien vive con su dominante madre. Todo se derrumba cuando su hija Lucy, al descubrir el adulterio de su madre, asesina a su pequeño hermano ahogándolo en la bañera. En su frenesí por regresar a casa, Jane sufre un accidente automovilístico en el que Fred muere decapitado.

Tras pasar un año en un sanatorio mental, Jane regresa —sola, separada y emocionalmente desquiciada— al apartamento donde vivía su amante. Ahora lo habita como inquilina de Robert, cuya soledad e inhibiciones sexuales se cruzan con la creciente inquietud por los sonidos nocturnos que emergen del apartamento de Jane: gemidos, susurros, música de jazz. Todo indica que Jane ha llevado su relación con Fred más allá de la muerte.



La gran virtud de Macabro radica en su capacidad para sugerir más que mostrar. Bava juega con el fuera de campo, con el sonido como elemento de sospecha, y con una planificación espacial que refuerza la sensación de encierro físico y mental. El apartamento se transforma en una bóveda de deseo y muerte, un espacio contaminado por el recuerdo del amante fallecido.

Bernice Stegers interpreta magníficamente a Jane: desequilibrada, vulnerable, fogosa. Su descenso a la locura está retratado con ambigüedad emocional y corporalidad sin concesiones. Veronica Zinny, como la hija celosa y perturbadora, compone un personaje antológico dentro del subgénero de los niños malignos: frialdad, manipulación y una capacidad para el daño que sobrepasa su edad.

El contrapunto lo da el personaje de Robert, interpretado por Stanko Molnar, quien representa al voyeur involuntario: ciego, pero hipersensible a los sonidos y vibraciones del deseo y la muerte. Es a través de su percepción fragmentada que el espectador reconstruye el misterio.

Aunque el giro final de la película puede parecer hoy grotesco o incluso risible, en su contexto fue una jugada osada que dejó huella. La ya mítica escena de la "oreja en la sopa" anticipa el tono de humor negro que años más tarde haría célebre a Braindead (Peter Jackson, 1992), lo que revela la influencia del film más allá del gótico europeo. 

Aunque bien recibida por la crítica, Macabro no cumplió con las expectativas de los productores, que esperaban un producto más explícito o visceral. Esto llevó a Bava hijo a apostar por una línea más gore y comercial en películas posteriores como Demons (1985) y Demons 2 (1986), abrazando el splatter y dejando atrás la sutileza macabra de su ópera prima.

Pupi Avati señaló alguna vez que el amor de Lamberto por el género tal vez fue inducido más por tradición familiar que por auténtica pasión. Sea como sea, su carrera terminó derivando en producciones para la televisión en los años 90, con un regreso tímido al horror en The Torturer (2005) y Ghost Son (2006), sin mayor resonancia.

Macabro no está a la altura de las obras maestras de Dario Argento o del propio Mario Bava, pero constituye, sin duda, un punto alto de la filmografía de Lamberto. Es un thriller incómodo, enfermizo, de erotismo perverso y atmósfera sofocante. Un cruce entre el amor y la muerte con erotismo lúgubre. Su narrativa minimalista y su construcción claustrofóbica lo convierten en un título de culto que sigue fascinando por sus temas tabú, su valentía estética y su inquietante ambigüedad.

Calificación: 7/10

Entrevista a Lamberto donde habla de cómo se hizo el film.

4 comentarios:

Crowley dijo...

Imagino que si el apellido de Lamberto fuese otro, su cine no hubiese sido tan denostado, a pesar de que tiene cosas infumables. Esta peli no está mal del todo y tal vez sea de las mejores que ha realizado.
Un saludo

tokig dijo...

Es cierto, pero Lamberto e sun director irregular, en cuya filmografia unas cuantas son rescatables....

Saludos y gracias por postear

john mcclane dijo...

No hace mucho reseñe esta película en mi blog. Concuerdo con que Lamberto es un director más que irregular (inclusó filmó un bodrio de Barbie), pero esta es una película más que correcta que llamó mi atención más que nada por su truculenta historia.

Saludos!

tokig dijo...

No estaba al tanto de tu resena Fantomas, ya mismo la voy a buscar en tu blog. En cuanto a la cinta definitivamente estamos de acuerdo, Bava hijo ha sido irregular, pero como lo dije en el post esta es para mi su mejor pelicula. Vale la pena verla...

Saludos

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