sábado, 9 de enero de 2010

The Slasher Collection # 19: Communion (1976)




Título Original: Communion (Alice, Sweet Alice)
Género: Terror
País: Estados Unidos
Duración: 92 Minutos
Año: 1976
Director: Alfred Sole
Guión: Rosemary Ritvo y Alfred Sole
Intérpretes: Brooke Shields, Linda Miller, Niles McMaster y Paula Sheppard
Productor: Rick Rosenberg
Música: Stephen Lawrence
Montaje: M. Edward Salier

imdbhttp://www.imdb.com/title/tt0076150/reference
TaglineA story of unnatural love...and unnatural death.

Alice Sweet Alice de Alfred Sole, también conocida como Communion o Holy Terror, es un thriller con un estilo tipo Giallo pero americanizado, contando con un asesino enmascarado y el tema del catolicismo de fondo. Este es su gran punto a su favor, el uso de imágenes y simbolismo religioso contrastado con secuencias de horror, rompiendo así esquemas y tabúes. Además, fue elaborado en una época en la que los Slasher no habían florecido, aunque es cierto que Bob Clark impactó el cine de género con su Black Christmas (1974), pero las reglas como tal de este tipo de historias no se asentarías hasta la llegada de Halloween (1978). Es así pues, que Alice Sweet Alice ayudó a alimentar los elementos propios del Slasher americano partiendo del estilo de thriller europeo, que funcionó perfectamente en esta truculenta historia.




 Catherine Spages (Linda Miller), es una madre divorciada que tiene dos pequeñas niñas. Alice (Paula Sheppard), es la oveja negra de la casa, con problemas constantes de comportamiento y de celos hacía su pequeña y hermosa hermana Karen (Brooke Shields). Karen está a punto de realizar su primera comunión, por lo que es quién recibe la mayor atención en el momento. El padre Tom (Rudolph Willrich), un amigo muy cercano a Catherine, le regala un hermoso rosario a Karen para el gran día. Cuando llega el gran momento, y junto antes de la comunión, Karen es asesinada por alguien que usa un impermeable amarillo y una máscara-la cual se ha hecho a entender que pertenece a Alice-. Cuando Alice toma el lugar de Karen usando el velo de su hermana para recibir la comunión, una monja encuentra el cuerpo de la niña por lo que todo apunta a que Alice es la culpable. Para la policía y la tía Annie (Jane Lowry) todo está claro, pero para el padre de Alice, Dom (Niels McMaster) no es así, y se involucrará en una investigación personal –algo habitual en el mundo de los Giallos, como lo demuestra la trilogía animal de Argento-.





 Desde la excelente secuencia de créditos en la que se hace uso de una imagen provocadora de una niña vestida para la primera comunión sosteniendo un cuchillo, se nota el tono del filme y su conexión con el catolicismo. El director utiliza bien el recurso del suspenso y logra tocar temas tan espinosos como el asesinato en cámara de una niña perpetrado dentro de una iglesia, la insinuación de un romance entre la mamá de la protagonista y un miembro de la iglesia o las inclinaciones pedófilas del propietario del edificio donde vive la familia. El guión es un poco complejo, tipo Giallo, en el que no se sabe la identidad del asesino hasta el último tercio de metraje, pero el cuál tiene la suficiente fuerza para mantener la tensión hasta llegar a su final dentro de la misma iglesia. Un buen recurso cíclico por cierto.

 En el personaje homicida se puede destacar dos cosas. La primera, el recurso de la máscara, símbolo inquietante de la transformación del personaje y de sus intenciones. Alice Sweet Alice es uno de los primeros Slashers en utilizar este recurso, adelantándose incluso al clásico Halloween (John Carpenter, 1978). La otra forma de describir al personaje es entendiendo el uso de su abrigo amarillo, clara referencia a Don't Look Now (Nicolas Roeg, 1973), del cual se hace un perfecto homenaje. El abrigo, es utilizado por los personajes infantiles del filme, algo que sirve para ocultar la identidad del homicida. Los actores hacen un adecuado trabajo de interpretación, entre los cuales sobresale Paula Sheppard, quién hace una estupenda caracterización de niña no tan inocente, y no tan niña, si tenemos en cuenta que en el momento de la filmación tenía 19 años. A pesar de su edad adulta, Sheppard nos hace creer que es una pequeña y traviesa niña de 12 años. Alice, quién es usada dos veces en el título, es un personaje clave del filme, y su actuación ambivalente entre víctima y victimaria enriquece de manera creciente el suspenso. Su hermana Karen, fue interpretada por una muy joven Brooke Shields, quién haría su debut cinematográfico precisamente con este personaje, aunque con muy poco tiempo en pantalla. Los personajes adultos están bien interpretados, desde la tía de las niñas, la cual no disimula su odio hacia Alice, hasta la histérica madre, quién ha de sufrir casi constantemente durante todo el metraje.





 Sole admite fácilmente sus influencias. Además del clásico de Roeg, se siente la presencia Hitchcockiana-de hecho es posible ver un poster de Psycho en el fondo de una escena-. El director hace un buen uso del espacio, filmando en edificios habitados o abandonados, en los que se da mucho énfasis a las escaleras, ya sea para encontrar al asesino o huir de él. Los asesinatos están filmados elegantemente, en los que se destaca un gran trabajo de edición. Es sorprendente saber que crédito anterior del director es una película porno llamada Deep Sleep (1973). Sole realizó un giro completo con Alice Sweet Alice, creando un thriller con una buena dosis de violencia explícita pero cuyas escenas fueron filmadas por un buen ojo para el suspenso. Pero el poco conocido nombre del director y el hecho de que no tuviese una estrella rutilante, hizo que el filme se quedara entre el olvido hasta buen tiempo después, donde el filme fue rebautizado de Communion a Alice Sweet Alice y en el que se aprovechaba en nombre de Brooke Shields (quién aparecería en la revista Playboy) a pesar de que su personaje la despachan en menos de 15 minutos.

 Otro de los elementos claves del filme es la forma realista con la que el director trata a sus víctimas y en especial a las acciones del asesino. El homicida en este caso, no es ni por asomo una máquina asesina imparable, es más bien un asesino real, humano, quién espera su momento para los ataques, los cuales son elaborados en buena parte a la acción espontánea del personaje. En una de las secuencias memorables, la tía de Alice baja por las escaleras del apartamento de su hermana –varias veces se utiliza en el filme las escaleras como espacios claustrofóbicos y ominosos-mientras el asesino espera escondido debajo de ellas para arremeter de repente con un cuchillo. La tía cae por las escaleras pero el asesino continúa sus embestidas, lo que origina que el vecino y su hermana aparezcan de repente. Aunque en ese momento no se ve quien es el asesino, éste obra de acuerdo a sus impulsos y al contrario que muchos filmes habituales, hay testigos de lo sucedido –o al menos de lo que creyeron ver-. Pero, el asesino no necesita ningún pasaje solitario, o una cabaña alejada de la ciudad para evidenciar su presencia.




 Es de rescatar por otro lado, la escena final, la cual tras pasar por un pico alto de tensión, en la que una simple comunión se convierte en todo un ejercicio de suspenso y a pesar de que se tiene de antemano la información de la identidad del personaje enmascarado, posee la fuerza suficiente para sorprender y brindar un final inquietante, y posiblemente abierto para una secuela, la cual como se sabe nunca se llegó a realizar.

 Por otro lado, en donde flaquea el filme es en las motivaciones de algunos personajes, en particular la tía de Alice, cuyo odio desmedido e injustificado hacia ella no tiene sentido. La explicación del guion es que su hermana la haya tenido fuera del matrimonio, pero aunque es una película cargada con elementos católicos, este sentimiento se antoja realmente excesivo. También están las escenas bizarras del vecino obeso de la familia, quién tiene su apartamento repleto de gatos -¿posible guiño a Argento quizás?- pero cuya conexión con la historia no encaja como debería.




 A pesar entonces de no haber obtenido las mejores críticas en su momento, y que haya pasado relativamente desapercibido, el filme es una gema a redescubrir, un película de género de bajo presupuesto que mantiene la mala vibra y la atmósfera atrapante que la convierten en todo un clásico. No se entiende pues, como ni su director –cuyo posterior trabajo sería Tanya’s Island (1980), -otro de esos filmes de hermosas modelos y un gorila- ni su protagonista femenina (Paula Sheppard) hallan continuado una carrera fructífera dentro del celuloide.

Trailer

2 comentarios:

Sir Laguna dijo...

Recuerdo que un amigo tenia esta pelicula original y me la presto. No me gusto mucho (no se porque se me hizo bastante tediosa por la mitad), pero estaba muy bien realizada y, como dices, la actuacion de la niña es magistral.

Rey Nova dijo...

La he visto, y ahora que la mencionas pues tienes mucha razón, hay toques de giallo en este filme. "Dont look now" no la he visto, asi que es hora de subsanar ese fallo. Saludos¡¡¡

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