viernes, 29 de agosto de 2014

The Slasher Collectiuon # 44 - Psycho (1960)


Título Original: Psycho
Título en Español: Psicosis
Director: Alfred Hitchcock
Productor: Alfred Hitchcock
Guion: Joseph Stefano
Fotografía: John L. Russell
Edición: George Tomasini
Año: 1960
País: USA
Intérpretes: Anthony Perkins, Vera Miles, John Gavin, Janet Leigh, Martin Balsam

Tagline: The picture you MUST see from the beginning... Or not at all!... For no one will be seated after the start of... Alfred Hitchcock's greatest shocker Psycho.

imdb:
http://www.imdb.com/title/tt0054215/reference 

Pocas películas han sido pilares en la historia del cine. Filmes que parten la historia cinematográfica en dos, o que generan una nueva ola de ciertos tipos de historias o narraciones. Ese es el caso de esa obra monumental que es Psicosis, uno de las tantas obras maestras del director Alfred Hitchcock que sigue influenciando a los realizadores aún hoy en día, pero que en su momento y junto a "Peeping Tom" (El Fotógrafo del Pánico, 1960) de Michael Powell, abrieron las puertas para un nuevo cine de terror, más moderno, alejado de monstruos, alienígenas y en general, del horror desde afuera para centrarse en el horror del ser humano, mucho más cercano a nosotros y por consiguiente más tenebroso. El slasher nació con Psicosis y demostró que se puede hacer cine de género de calidad, donde lo más importante es el director, la mente maestra, que si tiene el talento del señor Hitchcock puede alcanzar límites insospechados.




Marion Crane (Janet Leigh) trabaja como una asistente en una oficina de bienes raíces en Phoenix. Cuando su jefe le da 40,000 dólares en efectivo para que los deposite en el banco, Marion toma la decisión de huir con el dinero, esperando comenzar una nueva vida con su amante Sam Loomis (John Gavin). Marion se siente observada y perseguida, momento que se acentúa cuando en un semáforo se encuentra con su propio jefe -escena que fue homenajeada por Quentin Tarantino en su Pulp fiction (1994)-. Esa noche, y después de pasar varios sustos con un policía motorizado, Marion se siente demasiado cansada para seguir manejando, por lo que decide pasar la noche en un motel que encontró en la carretera, el motel Bates. El motel está manejado por el extrañamente amigable Norman Bates (Anthony Perkins), quien junto a su madre viven en una vieja casa estilo gótica arriba del hotel. Cuando Norman invita a cenar a Marion en su casa, ella escucha las protestas de su madre, por lo que deciden comer en la oficina de recepción del motel. A partir de su conversación, Marion decide hacer lo correcto e irse el otro día de vuelta a Phoenix, a devolver el dinero, el problema es que la decisión puede haber llegado demasiado tarde.




Psicosis abre con una secuencia de la ciudad vista desde lejos, la cámara se va acercando a la habitación de un hotel, el punto de vista del director de lo general a lo particular. Hitchcock nos invita a ser voyeristas, a mirar lo que está haciendo una pareja de amantes en una tarde de trabajo, escondidos viviendo su idilio. Este sentido voyerista, que evidentemente nos es impuesto por la visión del director, está allí constantemente, con la cámara en situaciones de personajes, donde nos metemos en sus asuntos privados, pero nos interesa, queremos saber más. Así mismo, el personaje de Norman lo hace explícitamente, mediante un agujero que da al baño de la habitación donde se desviste Marion, pues la extraña lo excita, le despierta impulsos reprimidos que desencadenan el castigo de su madre. La madre, esa presencia malévola que está en la casa, vigila desde una ventana, mirando todo lo que hace su hijo y todo lo que sucede. Es pues el voyerismo, el estar inmiscuidos en la vida de los demás -que de hecho el mismo hecho de ver una película se podría considerar como un acto voyerista-, es uno de los motores principales del filme. Todo ello sale de la mente del maestro, un realizador como pocos que era capaz de tener clara su película mediante imágenes en su mente, antes de rodar ya tenía una visión completa de cómo se iba a ver y por consiguiente donde iba a colocar su ojo/cámara. En Psicosis, Hitchcock realizó como era costumbre, movimientos de cámara perfectos para retratar las escenas a su manera, su punto de vista que le aportó tanto al cine, consigue capturar nuestra atención mediante planos milimétricamente pensados, como lo demuestra la inmortal escena de la ducha -una escena que ha sido homenajeada cientos de veces-, una secuencia con una gran variedad de planos -más de setenta posiciones de cámara para 45 segundos de película- con una edición perfecta para sembrarnos la idea del asesinato, así no se muestre sangre en ningún momento, ni siquiera una toma del cuchillo entrando en su cuerpo, ni siquiera un plano nítido de cuerpo desnudo, pero la idea está allí y lo vemos. Todo ello acompañado de la mítica música compuesta por Bernard Hermannn, que como lo demuestra la información acerca del cómo se hizo, y en particular en la película basada en el filme titulada "Hitchcock" (2012) de Sacha Gervasi, el director estaba empeñado en no usar música para la escena, pero debido a la insistencia de su esposa, y al estucharla por primera vez, se dio cuenta de su error y le permitió al cine mismo tener esta obra maestra.




La pasión de Hitchcock es palpable en cada fotograma, con un inolvidable blanco y negro exquisito y con un equipo de filmación acoplado a su estilo, formado de su programa de televisión, que le permitió tener el control total. Esta pasión lo llevó a generar un mega éxito rotundo, siendo además financiado por su propio dinero tras un rechazo de la Paramount. Hitchcock consiguió obtener el mayor hit de su carrera, gracias también a su propio ingenio a la hora de promocionar el filme, con ayuda además de su programa de televisión "Alfred Hitchcock Presenta" y entregando algunas reglas para los teatros donde se exhibía, para no dejar entrar bajo ninguna circunstancia al público después de que empezara el filme, además de que compró todos los libros disponibles para que nadie conociera la historia. Este secretismo y boca a boca funcionaron a la perfección. La razón para ello, todos la conocemos, la transgresora idea del cambio de protagonista, el eliminar a su actriz principal a los 40 minutos, algo que nadie se había atrevido o pensado si quiera hacer.


Hitchcock además, utiliza el engaño para desviar la atención del espectador. Los primeros minutos se le otorga una gran importancia al dinero robado por Marion, y del suspenso que se crea al rededor de ello. Su escape está lleno de tensión y constantemente se nos hace hincapié en el monto del dinero. Hasta que se llega el hotel, y la mujer comienza a arrepentirse, expresando elementos psicológicos característicos que utiliza el director para ayudar a crear el suspenso. Cuando toma la decisión de devolverlo, las cosas cambian en la ducha -algo un poco similar lograría Quentin Tarantino con su guion de "From Dusk Till Dawn", historia que empieza como un robo y termina siendo una película totalmente diferente, en ese caso una de vampiros-. Es ese momento, que impacta y sorprende, el asesinato de la protagonista, momento en que el espectador se pregunta: ¿Y, ahora qué? Pues es allí que el filme se soporta en el personaje de Norman, un personaje único y atrapante, especialmente por la excelsa interpretación de Anthony Perkins, quien se come la pantalla. A partir de allí, el espectador toma partido por un asesino, siente empatía con él, así obviamente no apruebe lo que hace, pero entiende que está enfermo. Esto se evidencia de forma clara en la escena cuando Norman deja el automóvil de Marion en el pantano, y este parece que nunca se va a hundir, el espectador sufre con el personaje, porque no quiere que le descubran. El protagonista definitivo es Norman, y su madre claro, así el espectador tenga sospechas de ese final que se avecina -uno de los finales más sorprendentes del cine que hoy en día ya no lo es tanto, debido a las diferentes copias que han hecho sobre él-, Norman y su madre son uno solo, una división de la personalidad que impacta, sobretodo en la escena final en la comisaría.




Psicosis se convirtió en una saga, la historia de Robert Bloch -quien también participó en la serie televisiva del director- autor de la novela original en que se basó el guion -, y cuya historia a su vez está basada en un asesino serial real-, dio para dos secuelas y un filme para televisión en donde se muestra la juventud de Norman. En la actualidad, la televisión vive un momento en el que se nutre de las glorias del pasado -así lo demuestran las series que están por estrenarse este año como Fargo o Rosemary´s Baby-, y es así como apareció la serie "Bates Motel", también basado en la juventud de Norman y de cómo su relación enfermiza con su madre marca su vida, pero en esta ocasión la historia está adaptada a nuestros tiempos, algo que descoloca un poco al espectador cuando ve manejando un celular a Norman, pero a pesar de ello, el excelente casting y manufactura hacen valer la pena su visionado. Psicosis también tuvo su remake, de la mano de Gus Van Sant, un copy/paste en donde se cambió la fotografía a color y por supuesto a los actores, pero que no aportó ningún gramo de innovación a la historia, siendo uno de los remakes más innecesarios de la historia del cine.




Psicosis ya está inscrito con letras mayúsculas en la historia del cine, un filme imprescindible en la lista de cualquier cinéfilo, no solo por su vital importancia para los realizadores y espectadores, sino porque no pierde ese potencial de entretenimiento y de magia pasadas más de cinco décadas, desde la excelsa dirección de Hitchcock, la banda sonora de Hermann o los geniales títulos de crédito de Saul Bass. Psicosis es un filme novedoso, en donde lo más importante es la técnica cinematográfica tal como lo cuenta el director, una cita del libro "El cine según Hitchcock", el libro que le dedicó Francois Truffaut a uno de los directores/autores más impresionantes: "Tal vez. Mi principal satisfacción es que la película ha actuado sobre el público y es lo que más me interesaba. En Psicosis el argumento me importa poco, los personajes me importan poco; lo que me importa es que la unión de los trozos del filme, la fotografía, la banda sonora y todo lo que es puramente técnico podían hacer gritar al público. Creo que es para nosotros una gran satisfacción utilizar el arte cinematográfico para crear una emoción de masas. Y, con Psicosis, lo hemos conseguido. No es un mensaje lo que ha intrigado al público. No es una gran interpretación lo que ha conmovido al público. No era una novela de prestigio lo que ha cautivado al público. Lo que ha emocionado al público es el filme puro".




Hitchcock logró manejar a su antojo los sentimientos de los espectadores, asustándolos, engañándolos y sorprendiéndolos en todo momento, sin dejar que ellos mismos se adelantaran a los acontecimientos, en palabras del propio director: "una forma de dirigir al público igual que si se tocara un órgano".

Trailer:

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